Sistema de refrigeración del MIT es capaz de reducir la temperatura 10 grados sin la necesidad de electricidad

El cambio climático presenta un ciclo interminable en muchos aspectos: a medida que las temperaturas aumentan, experimentamos un mayor calor y recurrimos más al aire acondicionado, lo que a su vez genera más emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo al aumento de la temperatura y reiniciando el ciclo. Aunque los gases utilizados son cada vez menos contaminantes, siguen siendo un factor significativo, representando el 4% de las emisiones globales. Sin embargo, el M.I.T. ha desarrollado una alternativa prometedora: un sistema de refrigeración que no requiere electricidad y funciona únicamente con agua.

El sistema se ha publicado en un artículo en Cell Reports y combina enfriamiento por radiación, enfriamiento por evaporación y aislamiento térmico en unas dimensiones similares a un libro de gran formato. Lo interesante es que puede proporcionar hasta 9,3 grados Celsius de enfriamiento, lo suficiente para permitir alimentos seguros o reducir la temperatura ambiente de una habitación.

El éxito de este sistema se basa en la combinación de diseños previos de enfriamiento que, aunque proporcionaban cantidades limitadas de potencia de enfriamiento, han sido mejorados para aumentar la capacidad de enfriamiento y reducir el consumo energético de manera simultánea. Además, esta tecnología está contribuyendo a disminuir las pérdidas de alimentos debido al deterioro, especialmente en regiones con escasez de suministros alimenticios.

El líder del estudio, Zhengmao Lu, explica que esta tecnología fusiona características positivas de tecnologías anteriores, como el enfriamiento por evaporación y el enfriamiento por radiación. Mediante esta combinación, se ha demostrado que es posible prolongar significativamente la vida útil de los alimentos, incluso en áreas con alta humedad. Además, este enfoque también puede mejorar la eficiencia del aire acondicionado al reducir la temperatura del condensador, lo que se traduce en ahorro de energía.

El sistema de refrigeración se compone de tres capas de material que, trabajando en conjunto, proporcionan enfriamiento al permitir que el agua y el calor pasen a través del dispositivo. En su aspecto práctico, este dispositivo podría tener una apariencia similar a la de un panel solar convencional, pero en lugar de generar electricidad, se encargaría de proveer refrigeración directa. Por ejemplo, podría utilizarse como la parte superior de un contenedor de almacenamiento de alimentos. Además, este sistema también puede ser empleado para enviar agua fría como parte de un sistema de aire acondicionado, mejorando su eficiencia y reduciendo su consumo de energía. El mantenimiento necesario es mínimo, ya que solo se requiere agregar agua para la evaporación, pero el consumo es tan bajo que, en las zonas más cálidas y secas, se debe realizar aproximadamente una vez cada cuatro días, y solo una vez al mes en las zonas más húmedas.

La capa superior del sistema se compone de un aerogel, un material extremadamente ligero hecho principalmente de aire atrapado en una estructura similar a una esponja de polietileno. Este material es altamente aislante, utilizado en la industria aeroespacial, pero permite el paso libre del vapor de agua y la radiación infrarroja. Su función es aprovechar el vapor de agua que asciende desde la capa inferior y utilizarlo para el proceso de enfriamiento. El calor residual generado se dispersa en el ambiente en lugar de calentar el aire, a diferencia de un sistema de aire acondicionado convencional.