¿Con qué frecuencia es necesario lavar las toallas y cuáles son los riesgos de no hacerlo con regularidad?
Determinar cuándo es el momento adecuado para lavar nuestras toallas es una tarea que a menudo decidimos basándonos en la apariencia o el olor de la prenda. Sin embargo, ¿cómo podemos saber cuándo nuestras toallas realmente necesitan una visita a la lavadora?
En una encuesta reciente realizada en el Reino Unido, se reveló que la mayoría de las personas no estaban seguras de cuál debería ser la frecuencia adecuada para lavar sus toallas. Un 44% de los encuestados afirmó hacerlo cada tres meses o incluso con menos frecuencia.
La doctora Sally Bloomfield, experta en higiene del hogar y prevención de enfermedades infecciosas, considera que esta periodicidad es sorprendente. Ella sugiere que una frecuencia razonable para lavar las toallas sería al menos una vez a la semana, incluso si aparentan estar limpias. A lo largo del tiempo, las toallas acumulan millones de gérmenes que pueden representar un riesgo significativo para la salud de quienes las utilizan.
Cuando las toallas no se lavan con regularidad, los gérmenes pueden multiplicarse, y eliminarlos por completo cuando finalmente se lavan puede ser complicado. Este aumento de gérmenes puede causar problemas, ya que las toallas pueden transmitir organismos de una parte del cuerpo a otra, como los que se encuentran en los pies y que pueden dar lugar a infecciones como el pie de atleta.
Incluso si vives solo, es importante lavar las toallas con regularidad, ya que los gérmenes pueden transmitirse a otras personas si compartes tu toalla o si la lavas junto con la ropa de otra persona.
Los expertos aconsejan especialmente lavar las toallas de gimnasio con frecuencia, ya que el sudor y las células de la piel eliminadas durante el ejercicio pueden aumentar la contaminación de la toalla. Además, se recomienda tener toallas separadas para el cuerpo y la cara, ya que diferentes áreas del cuerpo pueden albergar diferentes tipos de bacterias.
Aunque existe una preocupación ambiental y de costo asociada al uso frecuente del lavarropas, se considera que es mejor lavar las toallas con regularidad a temperaturas más bajas que hacerlo con menos frecuencia a temperaturas más altas.