La viruela símica ha sido declarada nuevamente una emergencia de salud internacional por su rápida propagación en más de diez países africanos, siendo el brote más grave en la República Democrática del Congo, donde se han registrado 15,600 casos y 537 muertes. Este brote es más mortífero que el de 2022, lo que ha generado preocupación a nivel global.

El virus, endémico de África central y occidental, se transmite principalmente por contacto cercano con animales o personas infectadas, y en menor medida, por contacto sexual. Afecta mayormente a comunidades vulnerables, especialmente en el Congo, donde el conflicto interno y la crisis humanitaria agravan la situación, dificultando el control del brote.

Los síntomas incluyen fiebre, dolores musculares y erupciones cutáneas que pueden durar de dos a cuatro semanas. Aunque se han utilizado vacunas, no son suficientes para controlar la crisis actual, y el distanciamiento social es complicado en regiones con alta densidad poblacional, como los campamentos de desplazados en el Congo.

La viruela símica se descubrió en 1958 y, desde su declaración como emergencia internacional en 2022, ha afectado a casi 100,000 personas en 116 países. A pesar de la disminución de casos en otras partes del mundo, África sigue siendo duramente afectada, con un aumento del 160% en los casos en 2024, siendo las mujeres y los niños los más vulnerables.