La comunidad científica muestra preocupación por el estreñimiento debido a sus potenciales implicaciones en otras áreas de la salud.

De acuerdo con la Clínica Mayo, el estreñimiento crónico “se caracteriza por las deposiciones poco frecuentes o la dificultad para evacuar, lo que se manifiesta durante varias semanas o más”.

Un artículo de la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos expone que cerca del 16 % de los adultos en todo el mundo sufren de estreñimiento. Sin embargo, mostró que esta condición es aún más prevalente en las personas mayores, ya que se les atribuyó un 33.5 % en adultos de 60 a 110 años.

Algunos factores que pueden provocarlo son la falta de ejercicio y de fibra en la dieta, así como el uso de medicamentos que pueden tener el estreñimiento como un efecto secundario.

La Clínica Mayo también afirma que las causas podrían ser obstrucciones en el colon o el recto, problemas con los nervios alrededor de esta zona, dificultad con los músculos relacionados con la eliminación y afecciones que afecten las hormonas en el cuerpo.

María Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer, explicó que esta investigación “no fue diseñada para probar la relación causal entre las deposiciones, el microbioma intestinal y la salud cognitiva, por lo que no podemos sacar conclusiones firmes sobre la secuencia causal precisa que subyace a esta asociación”.

El estudio, según el portal de CNN, se realizó con la recopilación de tres investigaciones ‘Nurses’ Health Study’, ‘Nurses’ Health Study II’ y el ‘Health Professionals Follow-Up Study’, reuniendo a más de 112 mil adultos.

Los datos se recogieron entre 2012 y 2018, incluyendo la frecuencia de las deposiciones y las autoevaluaciones de la función cognitiva de los participantes. Se enfocaron en factores de riesgo de enfermedades crónicas entre mujeres y hombres.

Los resultados revelaron que aquellos con estreñimiento tenían una función cognitiva significativamente peor en comparación con aquellos que defecaban una vez al día, lo que equivalía a tres años más de envejecimiento cognitivo cronológico.

Además, los que iban al baño más de dos veces al día también mostraron un mayor riesgo de deterioro cognitivo, aunque el aumento en la probabilidad era pequeño.

Es por eso que la doctora Carrillo dijo que “cuanto más aprendemos sobre la relación intestino-cerebro, más comprendemos que es muy importante garantizar que (la prevención o el tratamiento del deterioro cognitivo) sea un enfoque sistémico”.